Me preguntarán cual es la verdadera razón de que yo haya contado todas estas cosas pequeñas y, según el juicio tradicional, indiferente; al hacerlo me perjudico a mi mismo, tanto más, si estoy destinado a cumplir grandes tareas. Respuesta: estas cosas pequeñas - alimentaciòn, lugar, clima, recreación, toda casuística del egoísmo - resultan ser infinitamente más importantes que todo lo que hasta ahora se ha considerado importante, justo aquí se hace necesario empezar a cambiar lo aprendido. Lo que la humanidad ha tomado en serio hasta este momento no son sino realidades parciales, meras imaginaciones o, para decirlo con mayor exactitud, mentiras nacidas de los instintos, de la naturaleza enfermizas, de naturalezas perjudiciales, en el sentido más hondo; todos los conceptors de "dios", "alma", "virtud", "pecado", "más allá", "verdad", "vida eterna". Pero en ellos, desafortunadamente, se ha querido buscar la grandeza de la naturaleza humana, su "divinidad"...
Todas las cuestiones de la pólitica , del orden social, de la educación han de haber sido juzgados como hombres grandes a los hombres mas nocivos, y por el hecho de habernos enseñado a despreciar las cosas "pequeñas", es decir las cuestiones esenciales de la vida misma... Nuestra cultura actual es ambigua por completo... El emperador alemán negocia con el Papa como si el Papa no fuera el representante de la enemistar mortal contra la vida! Lo que hoy logra construirse, al cabo de tres años ya no puede sostenerse en pie. Si me comparo con razón de lo que puedo hacer para no referirme a lo que viene detrás de mi, una subversión, una obra sin igual, tengo más derecho que ningún otro mortal a la palabra grandeza. Y si me comparo con aquellos hombre a quienes se ha honrado como los hombres supremos, la diferencia es evidente. A estos pretendidos "supremos", yo los incluyo dentro de los hombres; para mi son como un desecho de la humanidad, engendros de enfermedad y del instinto de venganza: son simplemente monstruos nefastos y, en el fondo, incurables, que procuran vengarse de la vida... Yo quiero ser lo contrario a ellos, mi privilegio consiste en poseer el supremo refinamiento como para percibir todos lo sintomas de los instintos sanos. Falta en mi todo razgo enfermizo: yo no he estado enfermo ni siquiera en epocas de grave enfermedad; en vano se buscara en mi alguna traza de fanatismo. En ningún momento de mi vida se podra probar alguna actitud arrogante o patética. El pathos de la afectación no corresponde a la grandeza; y quien necesita adopta actitudes afectadas, es falso... Cuidado con todos los hombres extravagantes! La vida se me ha hecho fácil y más ligera que nunca cuando exigió de mi lo mas pesado. Quien me haya visto en setenta dias de este otoño, durante los cuales he producido sencillamente, sin interrupcion, cosas de primera calidad, que de mi, y respecto de las cuales tampoco podrá imitarme, y quien me haya visto en aquel momento, cargado de la responsabilidad de todos los siglos venideros, no habrá percibido en mi la menor huella de tension, sino todo lo contrario, ha debido constatar una frescura y una jovialidad exuberantes. Nunca he comido con sentimientos más agradables, ni he dormido jamás de mejor modo. Desconozco otro método para aplicarse a los grandes problemas que en el juego; pues este es una de los signos esenciales por los que se reconoce a la grandeza. La mas minima construccion del gesto, la menor arruga en la frente, el menor tono en la voz, en su totalidad, son objeciones contra la persona, y más aun contra su obra!... No es justo tener nervios, tambien sufrir por la soledad es un mal signo; yo no he sufrido nunca mas que por la "multitud"... en una época absurdamente temprana, a mis siete años, ya sabìa yo que nunca llegaría hasta mí una palabra humana: Alguna vez se ma ha visto angustiado por esto? Muesto aun hoy la misma afabilidad para con cualquiera, yo estoy incluso lleno de diferencias para con los más humildes: en todo esto no hay un solo gramo de orgullo, ni de oculto desprecio. A quién yo desprecio adivina que es despreciado por mi.
Yo escandalizado por el hecho de mi sola presencia a todo aquello que tiene sangre corrupta en el cuerpo ... Mi añorada formula para expresar la grande en el hombre el el amor fati; el no querer que nada sea distinto, ni en el pasado, ni en el futuro, ni por toda la eternidad. No sólo el complacerse con soportar lo necesario, y menos aún disimularlo - todo idealismo es una mentira frente a la necesidad -, hay que amarlo...