Jaula para Marmotas

autos desconocido

El 21 de julio del año 2003, una joven secretaria se dirigia como todos los dias a su trqbajo en las oficinas del consulado italiano de Boston. Junto a los escalones de la entrada, una baldose suelta llamó su atención. Al percatarse de que bajo el mármol habia un paquete oculto, se puso muy nerviosa. Pensó que se trataba de un nuevo atentado terrorista. Avisó inmediatamente a la policia y pronto todo fue un caos.

Pero no era una bomba: en el interior de una caja metálica envuelta en plástico, los expertos del escuadrón antibombas encontraron varios cuadernos llenos de notas, algunos recortes de libros y periódicos, y un sobre que contenia el mensaje siguiente, en ingles:

10 de Septiembre de 2001

Mi nombre es Sebastian Cabot, tengo 95 ańos. He decidido morir mañana, pero esto no es una carta de despedida. No es una crónica de mi vida. Es una petición de ayuda.

Es una plegaria que abandono en un presente desgastado por las repeticiones, un grito de auxilio que lanzo al viento con la esperanza de que sea escuchado por alguien en un futuro que no sé si existe, o si existirá alguna vez. Una oración cuyo destinatario no es dios, sino túm fantasma del porvenir.

Si estas leyendo esto en algún momento posterior a las nueve de la mañana (horario de la Costa este), del 11 de septiembre del ańo 2001, de la Era Cristiana, entonces todavia existe una salida. Todavia puedo escapar de esta prisión.

Por favor, lee estas páginas, tómalo como el último deseo de un condenado a muerte... aunque eso no es del todo cierto. Es más bien el único deseo de alguien que ha sido condenado a vivir.

Estoy atrapado.

Ayer muriò Ali... por trigésima vez. Se llevó consigo a 6 israelies.

No me importó. No me importó en lo mas mínimo. Volverá a suceder. sin duda alguna. Ha sucedido 35 veces ya, que importancia tiene una más?

El contecimiento más horroroso puerde intensidad tras tantas repeticiones. No hay sorpresa alguna, o posibilidad de cambio. Yo lo sé: he intentado cambiarlo.

No existe una manera sencilla de explicar mi problema. Puede que me tomes por un loco, por un bromista o por un escrito de ciencia ficción, No importa. Si estas leyendo esto me doy por satisfecho, y te ruego que sea cual sea tu decisión, sin importar lo que puedas o no puedas hacer por auxiliarme, le comuniques estas palabras a tus amigos, a tus familiares, a tus colaboradores, a todo el mundo. Alguien debe poder hacer algo. Si no ahora, tal bvez más tarde. Si existes, si hay un presente despues de mi, habrá otros, y tarde o temprano alguien descubrirá la manera de sacarme de aquí.

Mientras tanto esperaré. Seguiré esperando mientras recorro interminablemente el siglo XX.

Nací e 8 de marzo de 1906, ene Venecia. Fallecí en 1943, en Nápoles, de un balazo americano.

Entonces nací el 8 de marzo de 1906, en Venecia. En 1912, empece a recordar por primera vez cosas que ya había vivido, pero que nunca habian sucedido. Sabia cosas. Sabía dónde estaba mi hermano aquella noche que no volvió a casa. Les dije a mis padres que Bruno habia caido a un canal, junto a la Plaza San Marcos. Resulto que era verdad. Mi madre lloró mucho esa noche, otra vez. Pero fue pero que la primera, de alguna forma, la muerte de Bruno era mi culpa. Preferí callar desde entonces, y tratar de solucionar los problemas que recordaba antes de que se presentaran.

No funcionó.

Descubrí que podía variar mi propio comportamiento. Tomar nuevas decisiones. Incluso aprovecharme de los acontecimientos para lograr fortuna., por no podía afectar demasiado la suerte de los demás. De una manera o de otra, pese a los pequeños cambios y a las leves variaciones en el patrón de su conducta, el resultado era siempre el mismo. Podía disminuir el caudal de los rios, pero no detener su flujo. Podía hacer mas pronunciados sus meandros, pero no impedir que llegaran al mar. Sin embargo, segui intentandolo.

Esa vez no estuve en la guerra.

Esa vez llegué hasta 1970, y hasta la costa americana. Tuve hijos, y una esposa, y un perro llamado Buck Rogers. La mafia rusa de Nueva York escucho mi acento italiano, me dio una golpiza y me lanzo al Hudson metido en un saco.

Naci el 8 de marzo de 1906, por tercera vez, en Venecia, y decidi que sería rico. Inmensamente rico.

Dejé de relacionarme con gente. Empezaba a aburrirme de tener que escuchar siempre las mismas cosas. Era agotador tener que conocer de nuevo a cada amigo. Sofia, mi primera novia, era la misma, igual de hermosa, igual de risueńa, pero no encontraba ningún reto en conquistar su corazón, ninguna novedad en meterme entre sus piernas. Sin embargo, me acoste con ella.

Su padre me mató a garrotazos cuando se enteró que estaba embarazada. Fue en 1922.

Nací de nuevo. Volví a poerder los primeros cinco o seis años. Siempre es así, hasta que los recuerdos empiezan a llegar. Entonces comencé a estudiar. Leía y aprendía todo lo que podía, y seguí haciendolo durante varias vidas más, hasta que todo el conocimiento que era posible extraer de los libros del pasado, y de los de mi particular presente, estuvo encerrado en mi cabeza. De vez en cuando hacia nuevas amistades, pero, convencido de que mi relación con esas personas no cambiaría de ningún modo su destino final, no fueron relaciones duraderas, ni profundas.

A veces vivía mucho tiempo, hasta que mi cuerpo arrugado y cansado decidia que era hora de empezar todo de nuevo. Otras veces moría demasiado pronto, generalmente producto de algún accident o de la temeridad inherente a una situacion como la mía, en la que la muerte no significa nada.

29 veces he sobrepasado la barrera de los 100 años, gracias sobretodo a los beneficios de una vida sana, un detallado conocimiento de la medicina tradicional oriental y los avances tecnológicos de finales de los noventa.

He sido absurdamente adinerado, arrolladoramente famoso, patéticamente pobre y terriblemente cruel. He sido alturista como ningún otro. He matado en innumerables ocasiones. He sido amado, odiado, temido... incluso me he enamorado, aunque fue algo extraño: las drogas y el electroshock me convencieron de que estaba loco, de que mis vidas pasadas e iteradas no eran mas que una fantasia esquizoide, de que sólo existe un tiempo y una vida, de que cada persona pasa a nuestro lado una sola vez...

Ella tambien estaba loca. Éramos internos del mismo sanatorio, por alla por los 50 en España.

Decía que su vida era un sueño, que era realmente un ser de energía pura flotando entre las estrellas que había caido dormido al atravesar una nube de polvo cósmico lanzado al espacio por una araña galáctica y que sólo podría despertar al destruirse a si misma.

Quien sabe?

Se suicidó cortandose las venas con los dientes, pero creo que me dolió mas a mi que a ella.

Despues de mucho tiempo, aunque ha sido siempre el mismo tiempo, repetido una y otra vez hasta la saciedad: los mismos errores a mi alrededor, las mismas guerras, la misma sangre corroyendo el planera como el peor de los ácidos... empecé a cansarme.

Inicié una búsqueda que aún hoy continúo. Una búsqueda que me lleve a desentrañar el misterio de mi maldición. Una empresa que me libere del insufrible solipsismo al que me veo sometido cada vez que se acerca el final de mi existencia.

Es el tiempo real e independiente de mí mismo? Hay un futuro detrás del segundo que siga a mi muerte? Cuántas veces volveré a nacer? Estaré por toda la eternidad condenado a atravezar los mismos sucesos una y otra vez, limitado por un periodo de tiempo que ya me ha enseńado todo lo que tiene para enseñar, obligado a convivir, con un reducido conjunto de personas que ya conozco como la palma de mi mano? Soy el único prisionero del tiempo? Hay otros? Hubo otros antes de mi, cautivos de otras épocas que, también eternamente y en ciclo sin fin, viven interminablemente atrapados en otros siglos, ansiosos de respuestas, anhelando la ayuda que provenga del futuro o la clemencia de los dioses?

He estudiado fisica e historia, matemáticas y biología, química y psicologia, astronomia y astrología. Me he apoydado en la ciencia y en la superstición. He sucumbido a todas las religicones y he pertenecido a todas las sectas secretas. He leido todo y no he encontrado nada. Nada que me ayude a salir de este bucle. Desespero.

Este es, o eso me gustaría creer, mi último intento.

Si existe un mañana, y tiendo a pensar que así será, puesto que ya en otras oportunidades he atravezado la barrera de los cien años, como dije, y sé que al menos existen acontecimientos suficientes para rellenar unos diez años mas, entonces existirá un pasado mañana. Y otro día despues de aquél. Y confio en que un día, dentro de muchos cientos, miles, tal vez, alguien descubrira la solución, alguien encontrará la forma de viajar a supasado, que será presente o pasado mio, y pondrá termino a esta agonía circular.

Si, pese a todos mis intentos, no he conseguido cambiar ni una sola vez la fecha de una sola muerte, si está fuera de mi alcance el provocar cambios relevantes en la historia, entonces puede ser que haya un futuro escrito, estático, que se extienda más allá y que nunca cambie, donde alguien encuentre esta carta y me tienda una mano... pero si el futuro es invariable, nunca antes, y por lo mismo ya nunca después, la encontraron ni la eoncontrarán, y no ha escape posible para mí. No lo sé, Si puedo cambiar mi propia vida, si mi vida puede ser cambiada por mis coetáneos, debe poder serlo tambien por los habitantes del futuro. Que hay de las vidas que surgieron de mi? Que hay de las que yo trunque? Nacen, en otras ocasiones, producto del amor de otros? Son abolidas por otras manos?

Demasiadas preguntas. Ninguna respuesta.

En esta vida he decidido no hacer amigos. Por eso no les dejo esto a ellos: no quiero que piensen que estoy loco, y no quiero que sufran cuendo se enteren de la forma en que morí... No, no es cierto. En realidad pensaba dejarle todo a Lerentz. Él me creía, o intentaba creerme. Pero sólo lo conocí en esta vida, y él muriô hace tres meses. Tenía 38 años. No quiero esperar más.

Si pese a todo, mañana vuelvo a nacer en 1906, intentaré dar con Lorentz antes. Y si no, desearía al menos que en mi proxima vida, que pretendo se extienda al menos hasta el ańo 2002, me sea posible encontrar esta carta. Eso demostraria, de algún modo, que no todo empieza desde cero cada vez. Pero lo encuentro poco probable...

Todo el conocimiento relevante que he acumulado lo encontraras junto a estas paginas. Úsalo como mejor te parezca, y ponlo a disposición del munto.

Que todos sepan que alguien vive prisionero en el siglo XX.

Que todos sepan que hay un hombre que persigue la muerte y no consigue alcanzarla.

Salvadme.

Es el 10 de septiembre del año 2001. Estoy en Boston. Mañana tomare el primer vuelo a Los Angeles.

Adiós.

Sebastian.